jueves, 19 de julio de 2012

Viaje al "Desierto" - El Camino al Proto Monasterio Pavel Floreskij


VIAJE AL "DESIERTO"
EL CAMINO AL PROTO MONASTERIO RURAL PAVEL FLORESKIJ

Luego de una fuerte tormenta que cayó sobre la región este de la provincia de Entre Ríos, Mons. Teofano se encuentra por la mañana temprano en la términal de Ómnibus de la ciudad de Concordia con el Archidiacono Baasil, para emprender el camino al “desierto”.


Terminal de Omnibus de la Ciudad de Concordia - Provincia de Entre Ríos
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Colectivo de la Empresa "El Lucerito" que nos llevaría a la población de CALABACILLA


Pasando frente a la entrada de la Escuela Agrotécnica "Gral. San Martín" donde estudió el Archidiacono Baasil

El edificio de la Municipalidad en Calabacilla



Teofano y Baasil viajando en la caja de una camioneta hacia el futuro Proto Monasterio Rural

Tomamos el colectivo “Lucerito” que realiza pocos viajes durante el día a diferentes colonias que abundan en el departamento de Concordia, en la Provincia de Entre Ríos. Uno de los lugares, era “Calabacilla”, cercana a la población de Puerto Yeruá sobre el Río Uruguay, “río de los pájaros”.
El poblado de unos 250 a 300 habitantes, nació a principios del siglo XX (1900), cuando por la zona se estableció una estación de tren que se denominó “Calabacilla”, supuestamente por la gran cantidad de plantas de “mate”. La zona comenzó a desarrollarse lentamente, con la forestación, aserraderos y quintas cítricas que hasta el día de hoy predomina como principal producción.


La calle principal que recorre toda la población

 

Templo Evangelico en Calabacilla



La Vieja Estación de tren de Calabacilla

 
  
La vieja Estación de tren de Calabacilla

Subimos al colectivo de la empresa “El Lucerito” y comenzamos nuestra marcha que duro aproximadamente cuarenta minutos. En el trayecto pasamos frente a la Escuela Agrotécnica “General San Martín” sobre la ruta, donde nuestro Archidiacono estudió y aprendió todo sobre labores del campo, sumando así conocimiento a todo aquello que sus padres le enseñaron. En “Calabacilla” también esta la Escuela Primaria Nro. 22 “Madre Patria”. Posee una Capilla Católica Apostólica Romana, “Sagrado Corazón de Jesús”, y un templo Evangélico Bautista, ambos sobre la calle principal del pueblo asfaltada hace dos o tres años atrás según me contaron los lugareños.
“Calabacilla” era una población que prometía mucho progreso como muchas colonias de la provincia de Entre Ríos, pero las crisis económicas, y la casi desaparición del servicio ferroviario, provocó el estancamiento y emigración de los habitantes. 



 La casa de la familia Avit construida hace mas de 30 años




 El interior de la casa de la familia Avit, se destacan todos muebles antiguos de campo. En la imagen, la repisa en el cuarto de Baasil, donde está su pequeño altar
 


Biblioteca de Baasil


El humilde cuarto de Baasil con su ventana que da al campo


 Libro de uno de los principes mas importantes de la ortodoxia que hoy es leyenda

Hoy, la pequeña población cuenta con una cooperativa de agua potable, en materia de salud, una sala de primeros auxilios. Para casos mas complejos, deben viajar para la ciudad de Concordia a unos pocos kilómetros. Posee su destacamento policial, una estación de servicio, y en materia de producción, abundan las quintas citrícolas de naranjas, mandarinas y limones, con el agregado de hace unos años de la producción de arándanos.
Testigo del pasado, esta la vieja estación de tren de Calabacillas, cuyas paredes y techo son un silencioso monumento a un pasado que fue prometedor, pero que hoy evoca las aspiraciones y esperanzas de los pioneros que se instalaron en el lugar hace mas de un siglo.
Calabacillas es parte del Municipio de Estancia Grande que une tres poblaciones: Estancia Grande, Calabacillas y Yuquerí Chico con una población total estimada en 2.500 habitantes.



La parte alta del campo, dedicada a la ganadería


Uno de las vertientes que cruzan el campo



El inicio de una larga caminata donde recorrimos todos los extremos del campo


Teofano junto a unas Tunas del lugar, las cuales en la región, su fruto es comestible



Teofano y Baasil
 


Uno de los tramos del arroyo Yerua

En Calabacillas, desde joven, el archidiacono Baasil aprendió junto a sus padres las labores del campo y en la escuela el aprendizaje técnico del mismo. Sin embargo a pesar que el campo significaba para él parte esencial de su vida, se acerco a la capital del departamento, la ciudad de Concordia bajo la protección espiritual de San Antonio de Papua, a estudiar el profesorado de historia.
Sus estudios lo llevaron a conocer mas sobre la historia del mundo antiguo ejerciendo sobre él gran fascinación la historia del Imperio de Bizancio y la asombrosa epopeya de los Zares de Rusia. Finalmente, fue “llamado”: En la soledad del monte, donde la luna es una luz que hipnotiza el alma, que la hace reposar con delicadeza como la flor que navega en un manantial, es donde sintió la magia sagrada de la creación, y en ella su necesitad de acercarse a su Arquitecto. Y entonces oró. Y no ha dejado de hacerlo desde entonces.
Hoy su tierra es el lugar elegido para comenzar a levantar el Proto Monasterio Rural Pavel Floreskij, donde personas como él, también descubran en la soledad de la contemplación, vivir bajo una perspectiva mágica, interiorizando la obra magna de la creación para lograr desencadenar desde lo más profundo del espíritu, la oración incesante, que nos lleva al camino mas elevado de la realización espiritual: la theosis.
El lugar es hoy una tierra para encontrar la paz espiritual. Un sitio donde se forman monjes guerreros, aquellos que luchan por la conquista del reino de los cielos que habita en el interior de uno. Aquellos que acudan al sitio, escucharán el paso el arroyo Yerúa, que dio de beber y tomar a charruás y guaraníes en tiempos donde la Cruz todavía no había desembarcado proveniente del viejo continente.

 


Recorriendo la parte baja del campo, cercana al arroyo Yeruá



La belleza del sol filtrándose a través del monte.
 


Una sencilla ceremonia de la Hermandad de los Nazareos en el monte


Antimisio de los Nazareos

El Yeruá vió pasar ejércitos portugueses y españoles en una época, y luego eran ejércitos de las Provincias Unidas del Río de la Plata , del Imperio del Brasil y del Paraguay de los Solano López. Tierra que pisó José Gervasio Artigas y Ricardo López Jordán; donde transitaron los Jesuitas en camino a las Misiones que finalmente serían devoradas por la selva.
El monte me recuerda a la descripción del “Desierto” de Sarov. Aunque este era un bosque poblado de robles y pinos con animales como osos, zorros, alces y muchos pájaros, el monte que rodea al Yeruá por momentos es silencioso y en otros los pájaros se hacen presentes : el pirincho, el urataú, el majestuoso cardenal, el biguá, que dice la leyenda que es el espíritu de un indio guaraní que busca a su amada sumergiéndose en el agua de los arroyos.
Lo cierto es que se suele pensar que el “desierto” es solamente un lugar vacío, pero lo cierto es que uno abandona todo y se interna en la soledad del “desierto” en la búsqueda de Dios.
En el presente, el Proto-Monasterio Rural evoca la vida y muerte de un mártir de la Ortodoxia , que renovó la teología tradicional del Cristianismo, y que entregó su vida para evitar que el ateismo genocida comunista acabara con el alma del pueblo ruso. Su obra, su vida, es hoy el ejemplo de todos los que acudirán un día a nuestro Proto-Monasterio Rural Pavel Floreskij.

Xristos Anesti!
Mons. Teofano, Juan Manuel Garayalde
Eparca Coadjutor de Buenos Aires para la República Argentina de la Santa Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa, rama autocéfala bielorrusa - Pro-Patriarcado Ecuménico de las Américas, Eurasia, África y Oceanía, Sucesión Sto. Wolodymir I
 01 de Septiembre de 2011
 

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