ATARDECE
El sol cansado, marcha a su potrero al que nadie sabe dónde
se encuentra.
Algunos conocedores dicen, que sigue por ahí, dando calor a
otras tierras allá lejos, donde se nubla el horizonte.
Ya es hora de dejar la azada, limpiarse la generosa tierra
de las manos, encender el fogón, a la espera de la oscuridad.
El gallo colabora, haciendo entrar a las gallinas, picotazos
de por medio, llevándolas una por una al gallinero, cuidándolas para que ningún
bicho del monte, irrumpa en sus sueños.
En tanto, los perros van acercándose para acompañar a su
patrón, con sus ojos que brillan en la noche, entre chispas y llamas del fogón.
Un caballo relincha en la oscuridad, como avisando su
presencia a todos los habitantes de la noche que despiertan.
La noche se puebla de sonidos, que durante el día uno no
presta debida atención. En la oscuridad, el oído se agudiza, y el corazón
permanece alerta.
La oscuridad entra en el alma cuando la inmensidad de la
Pampa ya no se vislumbra.
Pero no es hora de arriar la esperanza, los sueños, las
pérdidas.
Es el momento de tomar la guitarra,
y dentro de uno, levantar un altar,
para romper con la voz la oscuridad que,
como el viento que quiebra las ramas secas de los árboles,
irrumpe haciéndose luz y calor.
Y el canto se hace oración….
Proto Monasterio Rural Pavel Florenski
Iglesia Ortodoxa Bielorrusa Eslava en el Extranjero