POESIA Y FILOCALIA XIII
LA NOCHE
“Cuanto más oscura es la noche, más brillantes son las estrellas. Cuanto más profundo es el dolor, más cercano está Dios”. (F. Dostoievski)
“La noche no es menos maravillosa que el día, no es menos divina; en la noche las estrellas brillan, y hay revelaciones que el día ignora.” (Nikolai Berdjaev)
FILOCALIA
«¿Quieres, hijo mío, poseer en tu interior una antorcha de ciencia espiritual, para marchar sin tropiezos en la noche profunda del siglo y que el Señor dirija tus pasos’ con una fe ardiente por el camino del evangelio, para comulgar, por el rezo y la oración, con los preceptos evangélicos de perfección? Te mostraré un maravilloso método e invención espiritual. Este método, que no reclama fatiga ni combates corporales sino una fatiga y una atención del espíritu sostenidos por el temor y el amor de Dios, te permitirá derrotar sin esfuerzo, a la falange de los enemigos… Si quieres alcanzar la victoria contra las pasiones, con la oración y el auxilio de Dios, entra en ti mismo, húndete en las profundidades de tu corazón, persigue a esos tres gigantes poderosos: el olvido, la pereza y la ignorancia, que son el punto de apoyo de los invasores espirituales. Por ellos las otras pasiones malvadas se insinúan en el alma, trabajan, viven y prevalecen en un alma ligada a los placeres… Una gran atención y vigilancia del espíritu, unida a la ayuda de lo alto, te hará descubrir lo que permanece desconocido para la gran mayoría. Podrás así, por esa oración y esa atención, liberarte de los gigantes del mal. Con la colaboración poderosa de la gracia, esfuérzate por establecer en tu corazón, y guardarlo con cuidado, el equilibrio entre la verdadera ciencia, el recuerdo de la palabra de Dios y una buena resolución; de este modo todo rastro de olvido, de ignorancia y de pereza desaparecerá de tu corazón».
Nicéforo el Solitario
POESÍA
LA
NOCHE
El sol
ya se iba poniendo
La
claridá se ahuyentaba,
y la
noche se acercaba
su
negro poncho tendiendo.
Ya las
estrellas brillantes
una
por una salían,
y los
montes parecían
batallones
de gigantes.
Ya las
ovejas balaban
en el
corral prisioneras
y ya
las aves caseras
sobre
el alero ganaban.
El
toque de la oración
triste
los aires rompía
y
entre sombras se movía
el
crespo sauce llorón.
Ya
sobre el agua estancada
de
silenciosa laguna
al
asomarse la luna
se
miraba retratada
Y
haciendo un estraño ruido,
en las
hijas tropezaban
los
pájaros que volaban
a
guarecerse en su nido.
Ya del
sereno brillando
la
hoja de la higuera estaba.
y la
lechuza pasaba
de
trecho en trecho chillando
Estanislao
del Campo