DE NARANJO
Fr. Mamerto Menapace
De la estatuita de San Antonio, aquel que se le pide
por toda cosa pérdida, animal extraviado, o novio no encontrado, se comentan
muchas cosas en la parroquia. Porque fue justamente el padre Damián quien la
había hecho tallar y la había colocado allí, luego de bendecirla. Y no pasó
mucho tiempo para que adquiriera fama de ser milagrosa.
Pero, vayamos despacito. Porque en esto de las
imágenes hay muchas confusiones. Y aun entre buenos cristianos. Por eso el
padre Damián quiso dejar aclarada algunas cosas, antes d entronizar aquella
imagen que tanto le vinieran pidiendo sus feligreses y feligresas.
En primer lugar, dejó claro que el único que puede
realizar milagros es Dios Nuestro Señor. Y nadie más. Y esto lo dijo para salir
al paso a las críticas que algunos otros cristianos venían diciendo de casa en
casa, confundiendo a la gente. Los santos son sólo intercesores. Como amigos de
Dios desde que vinieron en la Tierra, y más ahora que están en el Cielo, tienen
una especial entrada pa’ conseguir cosas buenas y necesarias para aquellos que
las piden con fe. Algo parecido a lo que pasó en las Bodas de Caná con el vino
que pidió la Virgen, pero que dio el Señor.
En segundo lugar insistió que una estatuita es eso y
nada más. Algo que los representa para nosotros. Es decir: somos nosotros los
que necesitamos de la imagen para tomar conciencia de que estamos en presencia
de ellos. Por eso, que el que no necesita imágenes, dé gracias a Dios y no las
use. Pero que deje en paz al que las necesita. Así como hay buenos hijos que no
necesitan fotos de la mamá para recordarla, y otros en cambio las tienen y
guardan con cariño. Y hasta de vez en cuando le dan un beso a esa foto, en
espera de dárselo a la de verdad cuando se encuentren.
Y en tercer lugar se interesó para que la imagen fuera
de un material digno y hecho por una mano experta. Por eso se pasó un tiempo
buscando un buen tronco de naranjo de donde sacar la imagen. Hasta que se topó
con uno que parecía hecho a propósito. En lo de Ciriaco había un naranjo seco,
que hasta tenía la ramita necesaria como para hacerlo con Niño y todo. Ciriaco
no era un hombre que se pudiera llamar religioso, pero el naranjo seco ya no le
servía más que para estorbo. En cambio el padre Damián, como buen conocedor del
tema, intuyó que dentro de aquel tronco ya dormía el San Antonio que él
deseaba. Sólo sería necesario encontrar a alguien que supiera pelar la leña,
pa’ encontrarle el alma al palo. Y ese hombre era don Calixto.
No le resulto difícil conseguir permiso de Don Ciriaco
para que alguien se encontrara de desenraizar aquel naranjo. Y en poco tiempo
Don Calixto, con arte y maña, tuvo lista la preciosa imagen. Realmente le quedó
bonita. Quizás la haya hecho rezando. Cosa que no es rara en quien se dedica
a hacer imágenes para la veneración.
Lo cierto es que una vez bendecida y entronizada, la
imagencita empezó a dar resultado. Los hechos milagrosos se sucedían con
frecuencia. Y la fama se desparramó por el pago. Venía gente de lejos para
suplicarle y pedirle favores. Y en su lenguaje un poco ingenuo comenzaron a
llamarla milagrosa. Y no faltó quien se lo fue a decir a Don Ciriaco. Éste, con
tono burlón, expresó su incredulidad:
-
Y me lo vienen a decir a mí. ¡Qué va a ser milagroso
ese santo!. ¡Pero si yo lo conozco desde que era naranjo!
Un
profeta es despreciado sólo en su tierra…
Imágen de San António de Padua. La capital del Departamento de Concordia, donde se levanta el Proto Monasterio Rural Pavel Floreski, tiene como ciudad cabecera, según su antiguo nombre a: San Antonio de Padua de la Concordia.
PROTO MONASTERIO RURAL PAVEL FLORESKI
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